Si las transnacionales mineras se salen con las suyas, los colombianos
no solo vamos a quedar turbados sino tumbados, mientras el agua, que
vale más que el oro, se va a perder con la contaminación
Por: Guillermo Maya Muñoz
“Si todos los factores se consideran, de pronto puede resultar que es
más rentable dejar esos recursos enterrados que explotarlos”: Nicholas
Stern.
El páramo de Santurbán está localizado en los departamentos de Norte
de Santander (72 por ciento) y Santander (28 por ciento), con una
extensión de 150.000 hectáreas (ha), entre los 2.800 y los 4.290 metros
sobre el nivel del mar. El principal servicio ambiental de Santurbán es
la generación de agua, que alimenta los acueductos de 48 municipios para
2,2 millones de colombianos. El páramo tiene una riqueza muy grande en
flora, especialmente la gran variedad de musgos, que capturan el agua y
que alimentan las lagunas y las cuencas del páramo; en fauna, como
venados y cóndores, y una riqueza paisajística envidiable.
El pasado 8 de enero fue declarado el Parque Natural Regional Páramo
de Santurbán por la Corporación Autónoma Regional para la Defensa de la
Meseta de Bucaramanga (CDMB), con 11.700 ha, que serán protegidas de
todo tipo de actividad, minera o agropecuaria. El ministro de Ambiente,
el conservador Juan Gabriel Uribe, ha asegurado que “en el parque no
habrá proyectos de este tipo”. (‘Declaratoria en Santurbán es parte de
una política de Estado’, eltiempo.com, 9-1-2013).
Aunque algunos aplauden la medida, otros, como el director de Fenalco
Santander, Luis Alfonso Gómez, critican la poca extensión del parque
porque “es una burla a los intereses de la ciudadanía de la región y
parece una medida a favor de las multinacionales interesadas en la
explotación del oro”. (‘Santurbán ya es parque, pero siguen las dudas’,
eltiempo.com, 8-1-2013). Por su parte, el columnista de EL TIEMPO Andrés
Hurtado, un verdadero ecologista de a pie y no de escritorio, ya había
calculado que la extensión del parque sería de por lo menos 20.000 ha.
Sin embargo, 9.612,22 (82,1 por ciento) de las 11.700 ha que
conforman el parque tienen títulos mineros en manos de “multinacionales,
empresas nacionales y personas particulares”. Entre las primeras están
las empresas Eco-Oro, antes Greystar (canadiense), con 6.199,84 ha y
siete títulos mineros; y la Continental Gold, con 1.004,82 ha. (‘Con
títulos mineros, el 82% del parque de Santurbán, eltiempo.com,
9-1-2013). Aunque se afirma que estas empresas y otras están en la fase
de exploración, otros sostienen que ya están explotando, y que cuentan
con licencias ambientales, pero la Agencia Nacional de Licencias
Ambientales (Anla) lo niega.
Además, la gran minería se está solapando en las comunidades, como en
el municipio de Vetas, donde han vivido en el páramo y hacen labores de
agricultura y de ganadería para encontrar la manera de legitimar su
actividad a través de la defensa de los intereses de estas comunidades.
César Díaz Guerrero, presidente de la Cámara Colombiana de la Minería,
afirmó que al ser esta zona “una región que tiene tradición minera desde
hace más de 400 años, el Gobierno debe evaluar cómo manejará las
variables socioeconómicas para no perjudicar al sector productivo de
Santurbán, que además del oro necesita donde cultivar y criar ganado”.
(eltiempo.com, 9-1-2013). Igualmente, el director de la CDMB “asegura
que las empresas mineras están cumpliendo con sus obligaciones
ambientales” (‘Crece polémica sobre explotación minera en Santurbán’,
elespectador.com, 24-9-2012).
La empresa Eco-Oro ha declarado en un comunicado, no exento de
amenazas veladas, respecto a la prohibición de hacer minería en el
parque de Santurbán, que “en la medida en que la compañía no pueda hacer
uso de estos activos, buscará la debida y razonable forma de
compensación”. (‘El enredo de los títulos de Santurbán’,
elespectador.com, 18-1-2013). Es decir, que el país tendrá que enfrentar
demandas económicas en tribunales privados de arbitramento
internacional, dado que Colombia firmó un tratado de libre comercio con
Canadá, en el que se transfiere la soberanía de los tribunales
nacionales a tribunales extranjeros privados.
El ministro Juan Gabriel Uribe defiende la compatibilidad entre la
minería y el medio ambiente, en la muy peculiar forma corporativa de la
minería responsable: “Se deben establecer políticas de responsabilidad
social empresarial, de reportes ambientales, reconocidos
internacionalmente, como el Global Reporting Initiative (GRI), y, en
general, la aplicación de instrumentos de autogestión y autorregulación
que ya se implementan en países como Canadá, Estados Unidos, Australia,
Sudáfrica, Chile y algunos países nórdicos”(‘Gran minería vs. medio
ambiente’, eltiempo.com, 30-11-2012).
Examinemos, por curiosidad, la experiencia de un país nórdico,
Finlandia. De acuerdo con el periódico alemán ‘Der Spiegel’, “las
empresas mineras están llegando en el norte de Finlandia a nuevos
yacimientos de oro, níquel y otros minerales que prometen grandes
ganancias. Sin embargo, el ecosistema de la zona de humedales frágiles
está pagando el precio”. El problema es tan grave que la reunión de
obispos de la iglesia luterana “ha acordado que el norte de Finlandia no
debe reducirse a una “colonia”, cuyas riquezas naturales son saqueadas
por compañías internacionales, sin consideración con el medio ambiente”
(Renate Nimtz-Köster: ‘Mining Companies Swarm to Finland’s Far North’,
derspiegel.com, 2-11-2012). ¿Qué dicen nuestros obispos?
La declaratoria del parque se logró gracias a la movilización de la
ciudadanía santandereana y nacional en defensa del páramo, en contra del
proyecto de la canadiense Greystar para establecer una mina a cielo
abierto, que ha cambiado por una mina subterránea. Sin embargo, la
explotación subterránea no cambia nada respecto a los peligros de la
contaminación del agua, y el parque será convertido en una especie de
queso suizo lleno de agujeros. Así lo ha expresado el exdirector de la
Cámara de Comercio de Santander Ergwin Rodríguez-Salah, quien no quiso
torcerse en la defensa del páramo de Santurbán: “El problema es que una
vez yo tenga ingreso a la montaña, de manera subterránea puedo acceder a
lo que quiera. Puedo hacer galerías hacia arriba, hacia abajo, hacia
cualquier parte. Por eso hemos dicho en reiteradas oportunidades que
corremos el riesgo de que nos dejen un cascaron de páramo. Esa es una
preocupación que tenemos. (‘Locomotora minera está mal concebida’,
elespectador.com, 14-1-2013).
Si las transnacionales mineras se salen con las suyas, explotando el
oro, en el parque natural de Santurbán, los colombianos no solo vamos a
quedar turbados sino tumbados, con unas regalías ‘pichurrias’ (4 por
ciento), mientras el agua, que vale más que el oro, se va a perder con
la contaminación
Tomado de: http://prensarural.org
No hay comentarios:
Publicar un comentario