El Foro Internacional: Post-extractivismo, Escenarios para
Emanciparse del Sistema-Mundo”, realizado el pasado martes 20 de
noviembre, en de Bogotá y coordinado por la Fundación Rosa Luxemburgo,
congregó en el Centro Cultural Gabriel García Márquez a personas de
diferentes procedencias y nacionalidades para conversar en torno al tema
de las alternativas al desarrollo.
El post-extractivismo fue el eje central del Foro en el que
participaron personas invitadas a intercambiar ideas y propuestas frente
a la crisis del modelo extractivista en Colombia y América Latina. En
particular, se planteó con amplitud la opción del post extractivismo
como opción de desarrollo, teniendo en cuenta que ha sido implementada
con éxito en algunas naciones.
Otras entidades convocantes, además de la Fundación Rosa Luxemburgo,
fueron: Grupo de Investigaciones en Derecho y Política Ambiental, de la
Universidad Nacional de Colombia; Corporación para la Educación, el
Desarrollo y la Investigación Popular - Instituto Nacional Sindical,
Cedins; Corporación para el Fortalecimiento de la Función Social Aury
Sará Marrugo, creada por la Unión Sindical Obrera; Fundación para la
Democracia y la Paz, Demopaz; Asociación Paz con Dignidad, Asociación
para la Investigación y la Acción Social, Nomadesc, y Grupo Permanente
de Trabajo sobre Alternativas al Desarrollo.
Propósitos del foro
El ecuatoriano Alberto Acosta, define el extractivismo de la
siguiente manera: “utilizaremos el término cuando nos refiramos a
aquellas actividades que remueven grandes volúmenes de recursos
naturales que no son procesados (o que son limitados), con fines
comerciales. Esta práctica no se limita a los minerales o al petróleo;
existe también extractivismo agrario, forestal y pesquero». Acosta
conforma el grupo de personas que reflexiona permanentemente sobre
alternativas al desarrollo.
La presentación inicial de los temas estuvo a cargo de Myriam Lang,
directora para América Latina de la Fundación Rosa Luxemburgo, quien
llevó su intervención hasta el planteamiento de las pretensiones del
foro. Hizo referencia a la forma en que el problema del cambio climático
se ha convertido en una excusa para crear nuevas mercancías, afirmando:
“poco queda fuera de la lógica del capital, este ha convertido hasta el
carbono en algo que se vende y se compra. En la comercialización del
clima, según muestra Larry Lohmann, autor del libro Mercados de Carbono,
el capital termina concediendo permisos de contaminación, mientras
acelera el calentamiento global y el consumiendo las bases para la
supervivencia de otras generaciones.
Para mostrar la tendencia general de los gobiernos de Suramérica con
respecto al extractivismo, sin importar su orientación política, Myriam
resaltó un pronunciamiento del vicepresidente boliviano Álvaro García
Linera: “esta es precisamente, la trampa de los críticos irreflexivos a
favor del no extractivismo, que en su liturgia política mutilan a las
fuerzas y a los gobiernos revolucionarios de los medios materiales para
satisfacer las necesidades de la población, generar riqueza y
distribuirla con justicia, y a partir de ella crear una nueva base
material no extractivista que preserve y amplíe los beneficios de la
población laboriosa”.
Myriam Lang indicó a propósito del debate con los gobiernos
progresistas: “a nuestro modo de ver, Linera obvia en esta argumentación
que la riqueza producida por el extractivismo es cortoplacista y muy
relativa; cada mina, cada pozo petrolero, cada monocultivo es una ruta
hacia el desplazamiento de las comunidades y la sustracción de sus
medios de subsistencia de manera definitiva e irreversible. En este
sentido, el extractivismo produce sistemáticamente pobreza”. Agregó que
con la destrucción de la naturaleza se empeñan las posibilidades de los
países hacia el futuro, con bonanzas que acabarán en unos 20 ó 30 años.
De ahí la urgencia de pensar alternativas, según Myriam Lang, quien
indicó que este era el propósito del conversatorio.
La reflexión se diseñó en cuatro escenarios: uno, el del mundo
globalizado en la perspectiva de los países del Norte; dos, el escenario
de Latinoamérica; tres, un país, Ecuador; por último, un sector social,
el de los trabajadores del petróleo en Colombia.
Con respecto al primer escenario, la Fundación considera que en un
mundo globalizado las alternativas deben pensarse construyendo puentes,
articulaciones internacionales, conociendo lo que ocurre en el norte
global, lo que se plantea, las resistencias, los debates. A partir de
allí se puede construir el internacionalismo, no tanto, aclara Lang, por
la solidaridad con los pobres, sino mediante el apoyo mundial para
romper la división del trabajo que nos acorrala.
En relación con el escenario latinoamericano, dijo: “hay una gran
necesidad de pensar las alternativas más allá del Estado-Nación, pensar
modos distintos de integración regional, una integración que no solo
responda a las lógicas gubernamentales sino en la que organizaciones y
pueblos tengan un rol constructor”.
La razón de analizar la experiencia de Ecuador, es que este es unos
de los tres países que han decidido refundarse a través de un proceso
constituyente, que además atraviesa por un proceso político decisivo
para las próximas elecciones.
Finalmente, en el escenario de los trabajadores del petróleo que fue
catalogado como relevante para dilucidar y empezar a trabajar sobre
aquello que piensan los trabajadores de un sector extractivo, frente a
la propuesta post-extractivista, Myriam Lang expresó: “en general en
América Latina, existe una disidencia bastante clara entre los obreros
de los sectores extractivos y las poblaciones habitantes de los
territorios de cuales son extraídos los recursos”.
Como expositoras y expositores también estuvieron Kristina Dietz, de
nacionalidad alemana, conversando acerca de los debates europeos sobre
la crisis y los límites del sistema hegemónico; Eduardo Gudynas,
uruguayo, miembro del Centro Latinoamericano de Ecología Social,
discutiendo la manera de lograr una integración latinoamericana autónoma
para el post-extractivismo; Esperanza Martínez, ecologista ecuatoriana,
exponiendo la experiencia de su país en materia de impulso hacia
alternativas de desarrollo, con el paradigma del llamado Buen Vivir o lo
que llamó Sumak Kawsai, e mostrando 23 propuestas diferentes de trabajo
formuladas a partir de la práctica; y Edgar Mojica, trabajador de la
industria del petróleo con trayectoria en el sindicato petrolero más
antiguo de Colombia, la Unión Sindical Obrera (USO), quien planteó su
visión del problema desde la pertenencia a una población inmersa en la
economía extractiva, a la vez persuadida por estos debates
Tomado de: http://www.colombiainforma.info
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