Por: Juan Pablo Ruiz Soto
Las Farc piden
que una extensión de 9,5 millones de hectáreas sea declarada ZRC. El
Gobierno dice que sólo se crearán las que sean necesarias y se opone a
que las Farc tengan autonomía política sobre ellas. En La Habana sólo
los aspectos políticos parecen relevantes, pero hay aspectos técnicos,
económicos y ambientales que son determinantes si queremos aplicar con
éxito lo propuesto en el capítulo XIII de la Ley 160 de 1994, en lo
referido a las ZRC. En 1998 el Banco Mundial apoyó con un crédito esta
iniciativa porque encontró que había propuestas técnicas, ambientales y
de participación social interesantes.
En los últimos 50 años, la expansión de la frontera agropecuaria se
ha hecho a expensas del bosque tropical, basada en el trabajo de un
colono itinerante que, por determinantes económicas, tumba, establece
pastos y vende al terrateniente ganadero para volver a tumbar y quemar
en un nuevo predio. Por ello, en el marco de la reforma agraria se
propuso hacer las ZRC. Su intención es democratizar la propiedad de la
tierra y evitar el deterioro ambiental. El plan de ordenamiento
ambiental territorial es la acción inicial, indispensable para
desarrollar un área declarada como ZRC. Su ejecución debe asegurar la
conservación de la estructura ecológica básica, impulsar el
establecimiento de sistemas productivos sostenibles, generando bienestar
económico y estabilidad para el productor campesino.
El Plan Nacional de Desarrollo 2010-2014 incluye la figura de la ZRC,
y el proyecto de ley de tierras y desarrollo rural, que se elaboró
antes de la instalación de los diálogos de La Habana, ya consideraba
aspectos técnicos indispensables para lograr un desarrollo sostenible en
las ZRC.
El proyecto de ley anuncia que para el desarrollo de ZRC se
combinarán componentes de conservación, manejo, control y
aprovechamiento de los recursos naturales, así como desarrollo de
infraestructura, producción limpia, producción orgánica, educación
ambiental, comercialización y servicios. Promete apoyo técnico y
financiación a proyectos agrícolas, pecuarios, acuícolas, forestales,
pesqueros, entre otros. Hacer desarrollo rural sostenible no es fácil,
ni en áreas de expansión de frontera agropecuaria, ni al interior de la
frontera agrícola.
El apoyo a los diálogos de paz, en el contexto internacional,
significa una gran oportunidad para que las ZRC reciban recursos
internacionales asociados al programa de reducción de emisiones de CO2,
promovido por Naciones Unidas (Redd+). Esto, en las ZRC, generaría pago
por servicios ambientales, para complementar los ingresos de los
campesinos productores que estén conservando bosque y corredores
biológicos.
Si bien, desde su origen, las ZRC han estado rodeadas de intereses
políticos, la propuesta técnica puede desarrollarse en marcos políticos
muy diversos. Los acuerdos de paz pueden incluir consideraciones
políticas específicas para algunas ZRC, pero muchas otras ZRC pueden
desarrollarse sin tales condicionantes.
La destrucción del bosque natural y sus servicios ambientales genera
un proceso social de empobrecimiento irreversible, cualquiera que sea el
contexto político que favorezca su destrucción. En todo contexto
debemos proteger nuestra excepcional riqueza ecosistémica, que económica
y socialmente es cada día más valiosa. Para el desarrollo rural
sostenible, las ZRC son una herramienta de gran potencial
Tomado de: Agencia de Prensa Rural
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