jueves, 16 de mayo de 2013

Uribismo: rechaza la paz niega la tierra


Foto: semana.com
Las Zonas de Reserva Campesina (ZRC)  surgieron como parte de la solución a la alta concentración en la tenencia de la tierra que ha sufrido Colombia históricamente, en 2009 el índice Gini de propiedad rural alcanzaba el 0.85. Esta figura de ordenamiento territorial fue creada por la ley 160 de 1994 y ha sido ampliamente reglamentada por decretos y acuerdos. La propuesta que llevaron las Farc a la mesa de negociaciones en La Habana de ampliar y desmilitarizar esas zonas encendió el debate. Por un lado, los terratenientes, representados por el uribismo, se han dedicado a atacar la legitimidad no solo de la propuesta sino de la conformación misma de esas zonas; por el otro sectores académicos y campesinos han resaltado la importancia de proteger la economía campesina por medio de esa figura jurídica. El uribismo ha perseguido las ZRC y pretende deslegitimarlas con la estigmatización como argumento. Como colombianos que propendemos y deseamos la paz debemos dejar de lado el legado de intolerancia hacia el pensamiento diferente que nos dejó un gobierno de 8 años que pretende llegar con fuerza a las próximas elecciones.
Durante el gobierno de Álvaro Uribe las ZRC fueron constantemente atacadas: se desconoció las ya constituidas, es decir las ubicadas en Calamar (Guaviare), Cabrera (Cundinamarca), El Pato (Caquetá), el sur de Bolívar, el valle del Río Cimitarra (Antioquia y Bolívar) y en el alto Cuembí y Comandante (Putumayo); durante dicho gobierno no se impulsaron políticas encaminadas al mantenimiento y bienestar de los habitantes de esos territorios;  no se reconoció ninguna comunidad como ZRC, de las 7 que estaban esperando el reconocimiento legal. César Jeréz, vocero de la Asociación de las ZRC,  denuncia un veto del ministerio de defensa al Incoder y Rafael Guarín, ex viceministro de defensa de Uribe Vélez y exponente de uribismo, lo reconoce  (LinkVer minuto 28:25) , según el ex viceministro porque las Farc están detrás de esas zonas. Si hilamos fino podemos decir que se trata de estigmatización, pues es inverosímil que el Banco Mundial esté apoyando (como lo hace con las ZRC) una figura que es por y para las Farc como Guarín lo pretende hacer ver. Hay más arbitrariedades,  la licencia de la Asociación Campesina del Valle del Río Cimitarra (ACVC) fue suspendida en el 2003, el gobierno de Álvaro Uribe Vélez tomó la decisión de suspenderle la vigencia legal , el ex presidente nos debe esa explicación, pero la desgracia para esa organización campesina no paró ahí porque el 29 de septiembre del 2007 varios de sus líderes  (Andrés Gil, Coordinador de la sede en Barrancabermeja; Oscar Duque, líder fundador; Evaristo Mena, miembro de la ACVC y de la Junta de Acción Comunal de la vereda “La Poza”, y Mario Martínez, Tesorero de la misma) fueron capturados por agentes del DAS en operaciones simultaneas argumentando que habían cometido el delito de rebelión, sin embargo hoy esos líderes están libres tras haber comprobado que el testimonio que los incriminaba era fabricado, la ACVC ganó el Premio Nacional de Paz en 2010 y recuperó la vigencia legal que el anterior gobierno le había arrebatado.
Rafael Guarín se empeña en hacer ver a las ZRC como un enclave político-estratégico de las Farc. Hay consenso en que la reglamentación legal de las ZRC es resultado de las marchas cocaleras que se desarrollaron en los noventas; según Guarín las Farc estaban “detrás” de esas manifestaciones, sin embargo una cosa es que estén detrás y otra que permeen las marchas, esto último innegablemente sucedió, hubo elementos de la guerrilla inmersos, pero eso no quiere decir que los campesinos protestaron haciéndole caso a las Farc. Dichas marchas se dieron como un reclamo de los campesinos de zonas apartadas como Guaviare, Putumayo y Caquetá, regiones olvidadas históricamente por el Estado colombiano; ellos, que no tenían otro medio de subsistencia diferente al cultivo de coca, reclamaban ser vistos como ciudadanos. Que las Farc estuvieron presentes en las marchas es indudable, pero no por eso se pueden deslegitimar esas reclamaciones que dieron su fruto en la reglamentación de la ley 160 de 2004. El exviceministro de defensa dice que la historia de las ZRC debe contarse “completa”, sin embargo, omite detalles importantes para entender la conformación y los fines de dichas zonas. El experto en temas agrarios, Alfredo Molano, señala que esa figura legal surgió como una necesidad de los campesinos colonizadores que iban a ser desalojados por el gobierno de Virgilio Barco de su lugar de asentamiento, el Parque Nacional Natural de La Macarena. Esa situación visibilizó toda una problemática de estos campesinos que después de haber colonizado tierras baldías se veían agobiados por las deudas con los comerciantes; finalmente tenían que ceder esos terrenos colonizados y eso producía una gran concentración de la tierra. El anterior contexto histórico es ignorado por Guarín en su afán de hacer ver a las ZRC como algo ilegitimo por cuanto, según él, consolidan un proceso político de las Farc.
Además de lo anterior, el exviceministro mal interpreta dos escritos (LinkVer minuto 3:15) de las Farc concernientes a las ZRC: un documento que data del 26 de septiembre de 1965, es decir hace más de 45 años,  escrito por Ciro Trujillo,-uno de los fundadores de esa guerrilla-,  en el que se establecen unos lineamientos a los militantes de las Farc para actuar en esas zonas. Es un documento que ya no tiene validez práctica en el 2013 y Guarín cae en el anacronismo al tratar de hacer pasar ese documento como una prueba de que las ZRC siguen lineamientos de las Farc. Otro escrito, del 2005, un correo de Manuel Marulanda a Timochenko, en el cual aquel le da instrucciones a este último de cómo debe actuar la guerrilla de las Farc desde las ZRC tiene, por parte de Guarín, una interpretación que raya con la tergiversación. A pesar de que ambos escritos tienen relación directa con esos territorios eso no demuestra que las Farc sean quienes diseñen la hoja de ruta que hoy por hoy siguen las ZRC, lo único que se hace visible es la intención de la guerrilla por manejarlas de una u otra forma. Es decir, Guarín pretende mostrarle a la población colombiana esos escritos como evidencia de que las Farc manejan las ZRC a su antojo, lo que constituye una estigmatización a las personas que viven en esos territorios al tratar de hacerlas pasar como elementos de la subversión.
El uribismo no conforme con eso sigue poniendo en medio de la línea de fuego a los líderes de las organizaciones campesinas con declaraciones sin sustento como las de José Felix Lafaurie, presidente de Fedegan, en las cuales afirma que el líder de la ACVC “es de las Farc y sigue instrucciones de Alape [jefe guerrillero]”. No hay hechos que hagan creer que eso sea así, inclusive después de la fuerte persecución que sufrieron los líderes de esa organización no se encontraron pruebas que los señalen como militantes de las Farc. La desconcentración de la tierra es el principal fin de las ZRC, por eso es entendible que el señor Lafaurie se oponga de manera tan férrea a la conformación de más territorios bajo esa figura. Luis Cely, integrante de la Corporación Nuevo Arco Iris, señala que hoy 20 mil ganaderos ostentan 40 millones de hectáreas de tierra con 22 millones de cabezas de ganado (Link Ver minuto 15:10); a Lafaurie no le va nada mal con los niveles de concentración de tierra tan dramáticos que tiene el país y con la evidente improductividad de su gremio. Así queda demostrada la estigmatización a la cual recurre el uribismo para deslegitimar las ZRC.
El debate de las ZRC debe ser dado desde la viabilidad y la conveniencia de esa figura para el campesinado colombiano, no desde la estigmatización que no es más que un torpedo, otro más, del uribismo hacia el proceso de paz; eso nos obliga a dar el debate sin odio y con argumentos a quienes propendemos por la paz Tomado de: http://colombiaencontexto.wordpress.com

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