jueves, 23 de mayo de 2013

Empoderar a usuarios del agua es vital para conservarla

Bogotá D. C., may. 22 de 2013 - Agencia de Noticias UN- Diferentes experiencias comunitarias exitosas que protegen el recurso hídrico muestran que es fundamental involucrar a quienes se benefician de él.
Colombia es uno de los países que tiene mayor riqueza hídrica en el mundo. Pero esta oferta es heterogénea, pues la mayor parte del agua se encuentra en lugares con bajos niveles poblacionales, como la Amazonia, la Orinoquia y el Chocó, mientras que en la zona andina, en donde se encuentra el grueso de la población, se cuenta con tan solo el 15% de la oferta total. 
Estimaciones hechas por el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam) indican que la escorrentía superficial per cápita total del país es de 57.000 m3 por persona al año y que, en cuanto a la oferta neta, en la cual se incorporan reducciones tanto por alteración de la calidad como por regulación natural, se alcanzan apenas 1.260 km3, que corresponden a una disponibilidad de 34.000 m3 por persona al año. 
Según Héctor Fabio Aristizábal, candidato a doctor en la UN en Palmira y actualmente coordinador de Recursos Hídricos de la Corporación Autónoma Regional del Valle del Cauca (CVC), el mayor demandante del total disponible es el sector agrícola, que utiliza el 80% tanto superficial como subterráneo, seguido por el consumo doméstico (un 6%), el sector industrial (el 5%) y los usos recreativos. 
Precisamente, para regular, controlar, vigilar y abogar por su manejo adecuado, la CVC ha establecido como política el empoderamiento de los usuarios. 
“Tenemos unas experiencias piloto en el río Bolo y en el río Tuluá que han funcionado exitosamente y están relacionadas con la organización de los usuarios a través de fundaciones para que se vuelvan garantes y auxiliares de la CVC en su utilización. Si empoderamos a la gente para que ayuden a cuidarla logramos un beneficio para todos los vallecaucanos”, sostiene el funcionario. 
La corporación, en cuanto entidad ambiental de la región, tiene la misión de velar por conservarla y administrarla apropiadamente, una tarea que, según Aristizábal, no es posible de manera unidireccional. 
“Nosotros tenemos más de 10 mil usuarios del agua. Si trabajamos conjuntamente con estos usuarios, podemos sacar esto adelante. Pero es utópico pensar que la corporación tenga 10 mil funcionarios vigilando el recurso. Tenemos que empoderar a los mismos usuarios para que ellos ayuden en dicha tarea, porque la gestión ambiental es cuestión de todos”, asegura. 
Durante el foro “Experiencias del ingeniero agrícola en Colombia”, celebrado en la UN en Palmira, el experto señaló que su manejo es un asunto de políticas institucionales y de las organizaciones sociales, que deben empezar a cambiar el paradigma de que ella es para unos pocos y orientarse a pensar que es para todos los usuarios que hacen parte de la cuenca. 
En ese sentido, el funcionario resaltó la tarea de los ingenieros agrícolas en la misión de usar eficientemente los recursos hídricos y el deber que tiene el sector agrícola de hacerlo. 
“El sector mayor demandante, que es el sector agrícola, no está organizado. Y allí hay un gran reto para los ingenieros agrícolas. La formación de estos profesionales en la UN los capacita para administrar óptimamente el agua, pues a lo largo de la carrera cursan asignaturas y electivas que les permiten hacerlo tanto en cantidad como en calidad”, concluye.

Tomado de: .agenciadenoticias.unal.edu.co

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