martes, 12 de marzo de 2013

MODELO NEOLIBERAL Y EL SECTOR AGROPECUARIO EN COLOMBIA

POR GERARDO ESTEBAN VARGAS
Con la apertura económica del modelo neoliberal oficialmente en 1990, bajo el Gobierno de Cesar Gaviria Trujillo (1990-1994), se abrieron las importaciones al país del Libre Comercio, y se dio una afectación de políticas agropecuarias. Al exponer la producción nacional a la competencia internacional, su resultado terminó por reducir la participación de la producción nacional durante la década de los noventa. Una causa fue la revaluación real del peso colombiano con mayor acentuación entre 1991 y 1997, ello fue jalonado por un fuerte aumento del gasto público y el aumento en el financiamiento externo público y privado. Esos fenómenos llevaron a aumentos en las importaciones que no se financiaron con mayores exportaciones, sino con recursos de crédito y de inversión extranjera, lo cual es insostenible en el largo plazo.
El Estado no apoyo ni fortaleció con herramientas a los pequeños y medianos productores que no tenían como competir en los nuevos mercados. Por tanto, estos se dedicaron a cultivos de pan coger, pero los precios no eran favorables para sostenerse en el tiempo, las cooperativas agropecuarias que existían quebraron, no había vías de acceso para poder sacar los productos que generaban las distintas regiones. Con ello, un país que no tiene inversión social, y gobiernos que plantean soluciones de tipo militar y fumigaciones con glifosato por más de diez años en su llamada lucha antidroga, donde no se ha acabado con la demanda y la oferta de las drogas. Al contrario se han visto afectados cultivos lícitos, destrucción del medio ambiente, contaminación de las aguas, creación de tierras infértiles; esto ha ayudado a desplazar al campesino, porque esas tierras ya no son productivas en el lapso de al menos siete años. Esta dinámica solo plantea escenarios de guerra o imposición de los intereses particulares sobre la mayoría de la población originaria y establecida por medio de los colonos. Bajo esa dinámica económica en detrimento del campesinado, y con las necesidades de la población, se buscaron nuevas formas de subsistir. Dentro de ellas se da la alternativa de producción a los cultivos ilícitos de la coca.
A mediados de la década de 1990 el país pasaba por una prolongada crisis económica que afecto directamente al sector agropecuario. Esta crisis comienza a generar presiones en los precios de la producción y venta de sus productos, dando perdidas a los agricultores. La respuesta o solución a la problemática por parte del Estado no llegaba, ello genero las nuevas marchas campesinas más exactamente en el año de 1996 conocidas como "las marchas cocaleras". Esta era una problemática a nivel nacional, donde marcharon en el Putumayo, Caquetá, Guaviare y el sur de Bolívar. La represión militar no logro diezmarlas, y sus resultados políticos y sociales presionaron al presidente Ernesto Samper Pizano (1994-1998) en la expedición del Decreto 1777, reglamentario la Ley 160 de 1996, se establecían las Zonas de Reserva Campesina, y la formulación de Planes de Desarrollo y Paz.
Ya en 1998, bajo la presidencia de Andrés Pastrana Arango (1998-2002), con el aval y visita a Cartagena por parte del presidente de Estados Unidos, William Jefferson "Bill" Clinton (1993-1997 y 1997-2001), se firmo e inicio con ellos el Plan Colombia. Un Plan militar, que en el futuro próximo se llamó Plan de "Seguridad Democrática " y que se gestó paralelamente con un malogrado o bajo una estrategia política por parte del Gobierno con asesoramiento de Washington, de un proceso de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia - Ejercito del Pueblo (FARC-EP). El Plan Colombia, resultó una nueva estrategia de guerra de corte continuista para la aplicación en el hemisferio sur. Puede ser fruto del Tratado Interamericano de Asistencia Reciproca (TIAR) de los años cuarenta; o nacer de la política de ayuda de la Alianza para el Progreso de la década de los sesenta, donde se aplico la Latin American Security Operation o Plan LASO. O terminar siendo un plan de globalización y de control geoestratégico del conflicto regional, donde se puede explicar la Iniciativa Regional Andina (IRA), y la iniciativa y creación del Área para el Libre Comercio de la Américas (ALCA).
Esta política es una continuidad de la Doctrina de Seguridad Nacional (DNS), bajo la concepción de actividades cívico-militares se generara un desenvolvimiento de los conflictos internos contemporáneos, como lo anota Noam Chomsky:
Tales iniciativas introdujeron lo que se conoce en América Latina como la Doctrina de Seguridad Nacional, que no pretende la defensa contra un enemigo externo, sino más bien contra el "enemigo interno". En 1962, Kennedy despachó una misión militar hacia Colombia, encabezada por el general de las Fuerzas Especiales, William Yarborugh. Este propuso "reformas" para que las fuerzas de seguridad estuvieran en capacidad de efectuar actividades paramilitares, de sabotaje o terrorismo, contra elementos comunistas.

Y los hechos demostraron esa realidad que ya se preveían, con el empoderamiento, expansión y capacidad operativa paramilitar, en infiltración de agentes paramilitares en la institucionalidad a nivel, local, departamentales y nacional. Plan de guerra, donde se vendió la idea de un plan de inversión social para la región, como el programa dirigido por la Agencia Internacional para el Desarrollo (USAID), con un aporte de US$1.000.000.oo, para un Plan de Desarrollo Alternativo (PLANTE), firmado con el Gobierno Nacional en Bogotá 18 de septiembre de 1998 .
Son planes de consolidación que generan las condiciones macroeconómicas que permiten asegurar los intereses de los centros de poder económico y político en perjuicio del Desarrollo social y económico de la mayoría de la población, donde no pueden materializar las reivindicaciones populares y democráticas históricamente ahogadas por la represión oficial y paraoficial; con la imposición del modelo neoliberal, con el aniquilamiento de los espacios organizativos de los grupos sociales, entre otros . Estos Planes de guerra y aniquilamiento, no contribuyen a la construcción de un país con dignidad entre sus pobladores, ni lograr consensos democráticos, tampoco se logrará la obtención de la paz con el sometimiento del oprimido.
Febrero de 2013

Tomado de: http://www.cronicon.net

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