- Las Zonas de Reserva Campesina (ZRC) surgieron como parte de la solución a la alta concentración en la tenencia de la tierra que ha sufrido Colombia históricamente, en 2009 el índice Gini de propiedad rural alcanzaba el 0.85. Esta figura de ordenamiento territorial fue creada por la ley 160 de 1994 y ha sido ampliamente reglamentada por decretos y acuerdos. La propuesta que llevaron las Farc a la mesa de negociaciones en La Habana de ampliar y desmilitarizar esas zonas encendió el debate. Por un lado, los terratenientes, representados por el uribismo, se han dedicado a atacar la legitimidad no solo de la propuesta sino de la conformación misma de esas zonas; por el otro sectores académicos y campesinos han resaltado la importancia de proteger la economía campesina por medio de esa figura jurídica. El uribismo ha perseguido las ZRC y pretende deslegitimarlas con la estigmatización como argumento. Como colombianos que propendemos y deseamos la paz debemos dejar de lado el legado de intolerancia hacia el pensamiento diferente que nos dejó un gobierno de 8 años que pretende llegar con fuerza a las próximas elecciones.
Durante el gobierno de Álvaro Uribe las
ZRC fueron constantemente atacadas: se desconoció las ya constituidas,
es decir las ubicadas en Calamar (Guaviare), Cabrera (Cundinamarca), El
Pato (Caquetá), el sur de Bolívar, el valle del Río Cimitarra (Antioquia
y Bolívar) y en el alto Cuembí y Comandante (Putumayo); durante dicho
gobierno no se impulsaron políticas encaminadas al mantenimiento y
bienestar de los habitantes de esos territorios; no se reconoció
ninguna comunidad como ZRC, de las 7 que estaban esperando el
reconocimiento legal. César Jeréz, vocero de la Asociación de las ZRC,
denuncia un veto del ministerio de defensa al Incoder y Rafael Guarín,
ex viceministro de defensa de Uribe Vélez y exponente de uribismo, lo
reconoce (LinkVer minuto 28:25)
, según el ex viceministro porque las Farc están detrás de esas zonas.
Si hilamos fino podemos decir que se trata de estigmatización, pues es
inverosímil que el Banco Mundial esté apoyando (como lo hace con las
ZRC) una figura que es por y para las Farc como Guarín lo pretende hacer
ver. Hay más arbitrariedades, la licencia de la Asociación Campesina
del Valle del Río Cimitarra (ACVC) fue suspendida en el 2003, el
gobierno de Álvaro Uribe Vélez tomó la decisión de suspenderle la
vigencia legal , el ex presidente nos debe esa explicación, pero la
desgracia para esa organización campesina no paró ahí porque el 29 de septiembre del 2007
varios de sus líderes (Andrés Gil, Coordinador de la sede en
Barrancabermeja; Oscar Duque, líder fundador; Evaristo Mena, miembro de
la ACVC y de la Junta de Acción Comunal de la vereda “La Poza”, y Mario
Martínez, Tesorero de la misma) fueron capturados por agentes del DAS en
operaciones simultaneas argumentando que habían cometido el delito de
rebelión, sin embargo hoy esos líderes están libres tras haber
comprobado que el testimonio que los incriminaba era fabricado, la ACVC ganó el Premio Nacional de Paz en 2010 y recuperó la vigencia legal que el anterior gobierno le había arrebatado.
Rafael Guarín se empeña en hacer ver a
las ZRC como un enclave político-estratégico de las Farc. Hay consenso
en que la reglamentación legal de las ZRC es resultado de las marchas
cocaleras que se desarrollaron en los noventas; según Guarín las Farc
estaban “detrás” de esas manifestaciones, sin embargo una cosa es que
estén detrás y otra que permeen las marchas, esto último innegablemente
sucedió, hubo elementos de la guerrilla inmersos, pero eso no quiere
decir que los campesinos protestaron haciéndole caso a las Farc. Dichas
marchas se dieron como un reclamo de los campesinos de zonas apartadas
como Guaviare, Putumayo y Caquetá, regiones olvidadas históricamente por
el Estado colombiano; ellos, que no tenían otro medio de subsistencia
diferente al cultivo de coca, reclamaban ser vistos como ciudadanos. Que
las Farc estuvieron presentes en las marchas es indudable, pero no por
eso se pueden deslegitimar esas reclamaciones que dieron su fruto en la
reglamentación de la ley 160 de 2004. El exviceministro de defensa dice
que la historia de las ZRC debe contarse “completa”, sin embargo, omite
detalles importantes para entender la conformación y los fines de dichas
zonas. El experto en temas agrarios, Alfredo Molano, señala que esa
figura legal surgió como una necesidad de los campesinos colonizadores
que iban a ser desalojados por el gobierno de Virgilio Barco de su
lugar de asentamiento, el Parque Nacional Natural de La Macarena. Esa
situación visibilizó toda una problemática de estos campesinos que
después de haber colonizado tierras baldías se veían agobiados por las
deudas con los comerciantes; finalmente tenían que ceder esos terrenos
colonizados y eso producía una gran concentración de la tierra. El
anterior contexto histórico es ignorado por Guarín en su afán de hacer
ver a las ZRC como algo ilegitimo por cuanto, según él, consolidan un
proceso político de las Farc.
Además de lo anterior, el exviceministro mal interpreta dos escritos (LinkVer minuto 3:15) de
las Farc concernientes a las ZRC: un documento que data del 26 de
septiembre de 1965, es decir hace más de 45 años, escrito por Ciro
Trujillo,-uno de los fundadores de esa guerrilla-, en el que
se establecen unos lineamientos a los militantes de las Farc para actuar
en esas zonas. Es un documento que ya no tiene validez práctica en el
2013 y Guarín cae en el anacronismo al tratar de hacer pasar ese
documento como una prueba de que las ZRC siguen lineamientos de las
Farc. Otro escrito, del 2005, un correo de Manuel Marulanda a
Timochenko, en el cual aquel le da instrucciones a este último de cómo
debe actuar la guerrilla de las Farc desde las ZRC tiene, por parte de
Guarín, una interpretación que raya con la tergiversación. A pesar de
que ambos escritos tienen relación directa con esos territorios eso no
demuestra que las Farc sean quienes diseñen la hoja de ruta que hoy por
hoy siguen las ZRC, lo único que se hace visible es la intención de la
guerrilla por manejarlas de una u otra forma. Es
decir, Guarín pretende mostrarle a la población colombiana esos escritos
como evidencia de que las Farc manejan las ZRC a su antojo, lo que
constituye una estigmatización a las personas que viven en esos
territorios al tratar de hacerlas pasar como elementos de la subversión.
El uribismo no conforme con eso sigue poniendo en medio de la línea de fuego a los líderes de las organizaciones campesinas con declaraciones sin sustento
como las de José Felix Lafaurie, presidente de Fedegan, en las cuales
afirma que el líder de la ACVC “es de las Farc y sigue instrucciones de
Alape [jefe guerrillero]”. No hay hechos que hagan creer que eso sea
así, inclusive después de la fuerte persecución que sufrieron los
líderes de esa organización no se encontraron pruebas que los señalen
como militantes de las Farc. La desconcentración de la tierra es el
principal fin de las ZRC, por eso es entendible que el señor Lafaurie se
oponga de manera tan férrea a la conformación de más territorios bajo
esa figura. Luis Cely, integrante de la Corporación Nuevo Arco Iris,
señala que hoy 20 mil ganaderos ostentan 40 millones de hectáreas de
tierra con 22 millones de cabezas de ganado (Link Ver minuto 15:10);
a Lafaurie no le va nada mal con los niveles de concentración de tierra
tan dramáticos que tiene el país y con la evidente improductividad de
su gremio. Así queda demostrada la estigmatización a la cual recurre el
uribismo para deslegitimar las ZRC.
El debate de las ZRC debe ser dado desde
la viabilidad y la conveniencia de esa figura para el campesinado
colombiano, no desde la estigmatización que no es más que un torpedo,
otro más, del uribismo hacia el proceso de paz; eso nos obliga a dar el
debate sin odio y con argumentos a quienes propendemos por la paz Tomado de: http://colombiaencontexto.wordpress.com
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