Por:
Según informaciónes procedentes del centro de investigación National
Security Archive (NSA), que hoy recoge el diario El Espectador de
Colombia, la compañía platanera Chiquita Brands intenta bloquear la
difusión de archivos oficiales estadounidenses que demostrarían su
vinculación al paramilitarismo en la región del Urabá colombiano durante
décadas. El intento de bloqueo informativo se produce en un momento en
el que la multinacional afronta nueve procesos en Estados Unidos y un
macroproceso en Colombia.
Los documentos que hoy trata de ocultar fueron aportados por la
propia bananera en 2007, cuando después de reconocer su apoyo al
paramilitarismo colombiano llegó a un acuerdo con el Departamento de
Justicia de Estados Unidos a cambio de una multa y de aportar
información que hasta ahora ha permanecido reservada. Según el portavoz
del Nacional Security Archive, vinculado a la Universidad George
Washington, Michael Evans , lo que se trata de ocultar "es probablemente
el conjunto más grande de información que se haya reunido sobre
vínculos corporativos con el terrorismo".
"Fue una investigación extensa que involucró a varias agencias
federales y resultó en la primera y, hasta ahora, única condena contra
una compañía estadounidense gigante por financiar a un grupo
terrorista", explica. Como informó en su día Público, desde el pasado
año se puso en marcha un proceso a partir de las confesiones de los
mayores jefes del paramilitarismo en el marco de la llamada Ley de
Justicia y paz, por el que se comprometieron a aportar la verdad sobre
las masacres que provocaron a cambio de impunidad penal.
"Ahí fue donde se acabó el mundo"
El capo Raúl Emilio Hasbún, compañero de fechorías de Salvatore
Mancuso, detalló los pagos millonarios realizados por la Chiquita Brands
para financiar el desplazamiento a sangre y fuego de los campesionos en
tierras que iba a ocupar la multinacional, con la complicidad de los
sucesivos gobiernos de Colombia, incluido el de Álvaro Uribe y la
correspondiente eliminación de líderes locales y sindicalistas.
La situación recuerda a la que García Márquez rememora en Cien Años
de Soledad, cuando, en 1928 , el ejército, al servicio de la United
Fruit, hoy Chiquita Brands Inc. , acalló la protesta de los trabajadores
bananeros en la estación de Ciénaga. El silencio y la humillación de
entonces, cuando la madre de García Márquez le mostró el lugar de la
masacre diciéndolo escuetamente "mira, ahí fue donde se acabó el mundo",
hoy es una rebelión de 127 familias colombianas, personadas como
víctimas en un proceso.
Según el experto estadounidense en Derecho Internacional Ferry
Colling Swort "es el caso más grande terrorismo en la historia reciente,
con tres veces más víctimas de las que produjo el ataque a las Torres
Gemelas en Nueva York". En vísperas del incio de los procesos en Estados
Unidos y en Colombia, la United Fruit, hoy Chiquita Brands. trata de
ocultar unas pruebas que podrían conducir incluso la extradición de sus
actuales directivos para someterlos ante los tribunales colombianos bajo
la acusación de "concierto para delinquir agravado".
Tomado de: Agencia de Prensa Rural
No hay comentarios:
Publicar un comentario